Lo bueno que pueda salir de mí, también es propiedad de Dios.

“Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. Filipenses 2:13

Él (Dios el Padre, Dios el Hijo, Dios El Espíritu Santo) trabaja permanentemente elaborando buenas obras, buenas actitudes, buenas palabras, buenos pensamientos; en fin, TODO absolutamente TODO lo que pueda ser enmarcado como acción… con movimiento

Entonces... ¿Porqué mencionar actitud, palabra, pensamiento? Porque toda acción, inicialmente es pensamiento, y toda palabra es generadora de algo, la actitud es como el perfume que elijo para aromatizar lo que hago, (tengamos en cuenta que hay aromas y aromas ¿Se entiende?

¡Que diferente sería la realidad si Dios encontrara más corazones dispuestos a llevar a cabo lo que Él ya tiene preparado para cada uno de los seres a quienes dio vida!, pero al mundo yo no lo puedo cambiar, no está en mí hacerlo pero si afectarlo.

Sí yo escojo bien, recibo la mayor cantidad posible de “paquetes de buenas obras” así es como me lo imagino, como si Dios embalara las buenas obras para cada uno, con hermosos papeles y moños preciosos, tarea en la que se mantiene ocupado día y noche, pero es nuestra la decisión de recibirlos, o no.

Me entristece pensar en las veces “que lo dejé plantado” y me perdí la buena oportunidad, porque al “abrir cada paquete” el corazón no queda igual; se llena de satisfacción, de paz, de gozo.

Hoy decido estar más atenta, más dispuesta, más pendiente, para que cada día al buscar el rostro de mí Señor, lo halle con una sonrisa; complacido porque su ocupación en mí no fue despreciada.

Es mi sugerencia que al despertar cada mañana, más que agenda personal, nos manejemos con la agenda de Dios, donde los tiempos no fallan y las actividades son de incomparable remuneración.

Marisel

Comentarios