Te entrego...

A mí me pasa… ¿Y a vos?

A veces pareciera que la fuerza de gravedad estuviera más acentuada, que ejerciera mayor fuerza que la que por naturaleza tiene determinada.

A veces el cuerpo pesa tanto... Y entro a revisar…mochila no llevo, el bolso ya no lo cargo, solo tengo la ropa apropiada para el clima que corresponde al día que estoy viviendo, (aún en verano, o debajo de la ducha, la experiencia es válida).

Hago un alto, y allí me doy cuenta que la carga es interior; el semáforo en la conciencia se pone en amarillo titilante y advierte…pensamientos indebidos, conformismos (que no es lo mismo que contentamiento), montañas de razonamientos, aún rayando las buenas intenciones, frustraciones; y para no hacerlo tan largo, mejor le pongo un: etc.

A cada ítem le corresponde un porcentaje diferente de peso que hacen a la sumatoria en cuestión; cuando todas las luces de buen ánimo parecen apagarse, y hasta parece utópico poder sentir alegría algo muy dentro me dice:

“Porque yo, el Señor tu Dios, te he tomado de la mano; yo te he dicho: ´no tengas miedo, yo te ayudo´ (Isaías 41:13)

...y sí, todo cambia. Él me ayuda a quitarme TODO peso enfermizo y estéril poniendo pensamientos de bien, corrigiendo los razonamientos por medio de la fe (confianza y certeza en lo que no puedo ver con los ojos redondos y marrones que me ha puesto a cada uno de los lados de mi nariz, un poquito mas arriba, como todos lo humanos lo tienen) y las frustraciones ya no importan tanto, solo como experiencia para madurar, y me encamino nuevamente...

Mi corazón, el mismo que sabía como un té amargo, comienza a murmurar una canción que cantamos con frecuencia en nuestras reuniones y que en partes dice así:

“Te entrego mi enfermedad, te entrego mi dolor… lo estoy cambiando por el gozo de Dios…”


El único que hace posible este trueque es CRISTO JESÚS. Claro que a esta humanidad mía le cuesta doblegarse, ceder, entregar lo humano para recibir lo celestial, pero aún así, prosigo hacia adelante, al mejor de los llamados. Entregale Jesucristo tu carga y Él te ayudará.

Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. (Mt 11:28)
Marisel

Comentarios